En diferentes situaciones de angustia (pérdida de ingresos, empleo, ruptura de una relación), creemos o sentimos que perdemos el control de nuestra vida.
La mayoría de las veces imaginamos el peor escenario, tanto que experimentamos síntomas físicos como: temblor, náuseas, enrojecimiento, sensación de ahogo, dolores musculares.
Nuestros pensamientos son negativos, lo que impide imaginar posibles soluciones a los problemas y a su vez perdida de la necesidad del sueño, pérdida del apetito, desmotivación, desesperanza, etc.
Una vez reconozcamos la ansiedad, podemos trabajar en reforzar las funciones ejecutivas, es decir, la capacidad de proyectar e imaginar las consecuencias positivas o negativas de nuestras decisiones, idear soluciones a las dificultades o adaptarnos a nuevos retos, etc.
La consulta en Psicología clínica es una herramienta que ayuda a identificar y reforzar las funciones ejecutivas del consultante, permitiéndole un mejor manejo de la ansiedad.